K. tiene algunos sueños recurrentes. En uno de los más inquietantes, contempla fascinado cómo diferentes aeronaves -aviones de distinto porte, algún extraño helicóptero- se estrellan no muy lejos de él.
Está de pié, observando con calma el cielo, que presenta cierta luminosidad irreal (siempre es durante un atardecer, o una noche clara). El avión vuela inusualmente bajo, describiendo una lenta parábola que culmina en una explosión y un gigantesco incendio; el fuego ilumina la escena de manera fantástica. No hay sonidos, o llegan hasta él con mucho retraso, cuando la imagen ya se desvanece. K. siente que presencia un espectáculo bello y sobrenatural -antes que aterrador-, como si fuera el fin del mundo.
....................
K. siente que se desconecta cada vez más del mundo. A veces considera que el budismo resultaría una alternativa interesante. El autismo sería directamente una bendición.
Al igual que tantos otros, en lugar de vivir de acuerdo a ciertos principios, ha construído una precaria filosofía que intenta justificar su existencia miserable.
K. sólo encuentra consuelo cuando se convence de que es Dios, o de que es inmortal. No suele dar mucho crédito al resto de las explicaciones, rotuladas -groseramente, piensa- como evidentes; las juzga desoladoras.
La contradicción -cree K.- es la esencia del ser humano. La coherencia es un prejuicio absurdo.
Le cuesta muchísimo encontrarle algún sentido a cualquier cosa (más allá del inmediato y obvio). Optó por renunciar a esa búsqueda.
K. casi no lee blogs (los considera, en general, espantosamente aburridos). Le parece que algo con un nombre tan ridículo, casi onomatopéyico, no puede tener un fin noble.
Algunas noches, K. se siente triste y llora un poco. Otras, no llora.
Está de pié, observando con calma el cielo, que presenta cierta luminosidad irreal (siempre es durante un atardecer, o una noche clara). El avión vuela inusualmente bajo, describiendo una lenta parábola que culmina en una explosión y un gigantesco incendio; el fuego ilumina la escena de manera fantástica. No hay sonidos, o llegan hasta él con mucho retraso, cuando la imagen ya se desvanece. K. siente que presencia un espectáculo bello y sobrenatural -antes que aterrador-, como si fuera el fin del mundo.
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K. siente que se desconecta cada vez más del mundo. A veces considera que el budismo resultaría una alternativa interesante. El autismo sería directamente una bendición.
Al igual que tantos otros, en lugar de vivir de acuerdo a ciertos principios, ha construído una precaria filosofía que intenta justificar su existencia miserable.
K. sólo encuentra consuelo cuando se convence de que es Dios, o de que es inmortal. No suele dar mucho crédito al resto de las explicaciones, rotuladas -groseramente, piensa- como evidentes; las juzga desoladoras.
La contradicción -cree K.- es la esencia del ser humano. La coherencia es un prejuicio absurdo.
Le cuesta muchísimo encontrarle algún sentido a cualquier cosa (más allá del inmediato y obvio). Optó por renunciar a esa búsqueda.
K. casi no lee blogs (los considera, en general, espantosamente aburridos). Le parece que algo con un nombre tan ridículo, casi onomatopéyico, no puede tener un fin noble.
Algunas noches, K. se siente triste y llora un poco. Otras, no llora.
11 comentarios:
K. me cae bárbaro y me da un poco de miedo a la vez. qué bueno que sea imaginario.
(me gustó este post... pero más me gustó mucho como está escrito este post... como una algunas palabras, K... K. ustes, la persona escritor, no el señor imaginario sobre el cual escribe, claro)
(que manera de no parar de decir boludeces la mia... me estoy haciendo medio experta en eso...)
¡Zas! Se nos puso melancólico el señor K. Hace bien en leer pocos blogs, yo cuando pueda voy a dejalos del todo. Estoy trabajando en eso.
"Le parece que algo con un nombre tan ridículo, casi onomatopéyico, no puede tener un fin noble".
¡Maravilloso! Saludos.
¡Ah! Hace un par de días pasé por acá y vi un post que ahora parece haber desaparecido sin dejar rastros. ¿Fue real, o ya estoy teniendo alucinaciones bloguísticas? Por favor dígame la verdad.
G.:
A mí me asusta, también, pero me cae mal. Y lo de yo escritor me parece un exceso.
PD: qué bueno lo de su especialización, jeje.
wakefield:
Me pide demasiado. Lo intentaré, a ver:
Puede ser. (Recuerde el punto 1 del cuestionario)
A veces K. parece un ser imaginario. A veces no.
(PD: estuviste en le accidente de Junior? :P )
mau:
Es así. Cualquier rasgo eventualmente interesante pertenece al K. imaginario. El resto soy yo.
No, no estuve. Supongo que los sicólogos harían una interpretación del sueño que develaría algun tipo grave de neurosis. Menos mal q los ignoro.
Hoy ando con pereza así que adhiero genuina y totalmente a las palabras de mi querida Gerund.
Y agrego, será K una entelequia?
Alex:
Pucha, usted me hace trabajar. A ver...
1. f. En la filosofía de Aristóteles, fin u objetivo de una actividad que la completa y la perfecciona.
2. f. irón. Cosa irreal.
Si, K. puede ser una cosa irreal, jaja.
Saludos.
Qué buena definición de entelequia.
Yo también, como K., tengo sueños recurrentes. Pero nunca termina el mundo, no tengo ese alivio.
Comparto, nació malparido algo que lleva tal nombre, sumado a eso, para nuestra latinidad es siempre un poco sospechoso cuando los sustantivos terminan en consonante. Ej que me vienen: burdel, carmín, club... creo que es porque siempre suena trunco el intento de multiplicarlos.
Sdos,
Val.
K. se puso moody. Muy moody.
Val:
Hola. En estos sueños de catástrofes aéreas no se termina el mundo, exactamente; supe tener de ésos, pero eran demasiado buenos.
Parece que somos varios los que "combatimos" el bloguismo desde adentro, ¿no?. Me parece una actitud muy humana, como señala K.
Carmín me gusta, de todos modos.
Saludos.
Montevideana:
Recurro a mi viejo Appleton-Cuyás: ¿ud. dice "caprichoso, irritable", o "caviloso, triste"?
(¿Ambos?)
Saludos.
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