Fuí al parque (sí, a veces voy). Tenía la esperanza de adormecerme bajo este mezquino sol de invierno (menos mal que me gusta el invierno). Encontré un banco desocupado, territorio codiciado por los jubilados, las parejas adolescentes y los paseadores de perros fatigados por la excesiva vivacidad de sus bestias.Había llovido, por lo que la alternativa de depositar mis huesos directamente en el césped no me resultaba muy prometedora (tal vez yo no sea muy audaz: debo reconocerlo). La ubicación de mi banco, sin embargo, no era óptima; un árbol inoportuno me filtraba el sol. -Aunque de a ratos se nubla- pensé, y terminé por conformarme (una de las actitudes humanas más miserables. Yo soy muy humano).
Creo firmemente en la influencia del Paisaje en el estado de ánimo, lo que en cierta medida me hace temer por mi cordura: de aquella convicción a la adopción del Feng Shui como estilo de vida hay un paso. Escalofriante.
Lo cierto es que en ese entorno del parque (si no favorable, cuanto menos neutral), cómodamente instalado, con la música en los auriculares a un volumen moderado aunque suficiente para conducirme lenta pero inexorablemente a la hipoacusia, me dispuse a disfrutar (o algo así) de un momento de paz.
Entonces, se acercó un hombre de edad madura, de aspecto algo descuidado, con barba y cabello largos. Llevaba unas bolsas de plástico muy ajadas, conteniendo quién sabe qué. Parecía alguien vencido por la vida. Se detuvo junto al banco en que me encontraba, pareció dudar unos instantes y finalmente se sentó en el otro extremo.
-Esto del trencito debe dejar guita, ¿no?- dijo, al rato. Como no había otra persona en diez metros a la redonda, concluí que me hablaba a mí. En fin, resignación, me dije.
-Sí, supongo...- le respondí, con una mal disimulada parquedad. (Se refería al "trencito de la alegría" que hace su recorrido por la zona).
No se amilanó.
No se amilanó.
-Los que son lindos, son esos...¿cómo se llaman?...mateos, esos que andan por plaza italia...deberían declararlos patrimonio cultural, para que no desaparezcan, ¿no?- Yo murmuré algo ininteligible, subí el volumen, y miré para otro lado. No soy un buen tipo.
Siguió hablándome, no obstante. Su charla, por algún camino que no recuerdo, derivó en la situación actual del país. -Porque no son sólo los políticos, la gente acá también tiene culpa- A esa altura ya analizaba seriamente la alternativa de levantarme, decirle "buenas tardes" -porque tampoco soy tan malo-, y buscarme otro banco. -Ahora ya no hay pensadores, no hay intelectuales; no sólo acá, en el mundo. En mi época, los '60, los '70, teníamos un Sartre, una Simone de Beauvoir, un Mao Tse-tung (!!)...ahora, parece que en las escuelas analizan textos de ese brasileño...¿cómo se llama? Coelho, un tipo de muy mala escritura...- Yo asentí, puse cara de "sí, es una barbaridad", y fingí interés por una paloma que picoteaba algo en el suelo (al tiempo que deseaba fervientemente que se aburriera o se ofendiera por mi falta de cortesía o lo que fuera, pero que comprendiera, en todo caso, que no estaba en mis planes una conversación).
Siguió hablándome, no obstante. Su charla, por algún camino que no recuerdo, derivó en la situación actual del país. -Porque no son sólo los políticos, la gente acá también tiene culpa- A esa altura ya analizaba seriamente la alternativa de levantarme, decirle "buenas tardes" -porque tampoco soy tan malo-, y buscarme otro banco. -Ahora ya no hay pensadores, no hay intelectuales; no sólo acá, en el mundo. En mi época, los '60, los '70, teníamos un Sartre, una Simone de Beauvoir, un Mao Tse-tung (!!)...ahora, parece que en las escuelas analizan textos de ese brasileño...¿cómo se llama? Coelho, un tipo de muy mala escritura...- Yo asentí, puse cara de "sí, es una barbaridad", y fingí interés por una paloma que picoteaba algo en el suelo (al tiempo que deseaba fervientemente que se aburriera o se ofendiera por mi falta de cortesía o lo que fuera, pero que comprendiera, en todo caso, que no estaba en mis planes una conversación).
Comprendió. Luego de un -largo- instante de silencio, se levantó y se fué sin saludar, caminando lentamente, siguiendo una trayectoria algo errática. Sentí cierto alivio -a qué negarlo-, y algo de pena. Pero más alivio. Ví que se sentaba en otro banco: parecía que al fin había encontrado un alma caritativa para conversar -creí distinguir, a lo lejos, que era una mujer mayor; con seguridad fumaba-. El mundo no es un lugar tan malo, después de todo.
Mientras Morrisey y un coro de niños me decían que there is no such thing in life as normal, las nubes ocultaron definitivamente aquel tibio sol. Ya caía la tarde, y el frío comenzaba a hacerse sentir. Comprendí que era el momento de irme.
5 comentarios:
"No soy un buen tipo". Esa frase sí que es fuerte. Saludos!
A mí me encantó esta frase ( no la copio toda):"Creo firmemente en la influencia del Paisaje en el estado de ánimo, ...."
Te encontraste con el émulo masculino de mi Gardelita.
Muy bueno el post.
Bacios
Hola
Magic: soy malo por omisión, más que nada. Igual, hay tanta gente que habla bien de sí misma...yo digo que si todos fueran TAN buenos como dicen, hay cosas que resultarían difíciles de explicar.
Alex: Me gustaría vivir frente al mar. Una casa en la playa, por ejemplo (qué, pido mucho?) Supongo que ayudaría despertarte y ver eso por la ventana, que se yo.
Saludosss
El tipo parece mostrarse indiferente, cuando en realidad, no se le escapó el mínimo detalle...por lo cual deduzco, ni es mal tipo, ni las cosas le resbalan.
La MOROCHA
Hola Morocha. No crea, sólo es observador.
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