Decía la vez pasada que el tiempo pasa rápido. Qué descubrimiento el mío. Si eso lo sabe cualquiera que haya cometido el error de distraerse dos segundos de su rutina -esa preciosa colección de rituales absurdos que, en cierta forma, nos mantiene vivos- para reflexionar sobre la vida.
Eso, y que el universo no tiene mucho sentido, y que todo lo bueno se termina (y se termina pronto, porque el tiempo pasa rápido. Sí, debería decir "rápidamente", pero suena mal. Por lo menos para mí. Claro que podría ser -mejor-, "el tiempo pasa, rápido". Ahí está.)
Es así como un buen día, casi sin darte cuenta, te encontrás recordando cosas que sucedieron hace veinte años -y cosas que te pasaron, por cierto, cuando ya cruzabas la calle solo-, con la escalofriante sensación de que hubieran sucedido el año pasado, no hace veinte.
Por eso creo que las fotografías, las grabaciones, las filmaciones -descartando las realizadas con fines artísticos-, que generan la macabra ilusión de detener el tiempo al capturar un momento irrepetible con el único propósito de hacérnoslo "recordar" -como si esto fuera algo bueno-, son artificios abominables y deberían ser prohibidos por la Ley.
Reconozco que esta pretensión constituye una imperdonable ingenuidad de mi parte, porque implica esperar demasiado de la Ley, que sólo se ocupa de cuestiones irrelevantes.
(Y buéh, qué quieren un domingo a la tardecita...)
Eso, y que el universo no tiene mucho sentido, y que todo lo bueno se termina (y se termina pronto, porque el tiempo pasa rápido. Sí, debería decir "rápidamente", pero suena mal. Por lo menos para mí. Claro que podría ser -mejor-, "el tiempo pasa, rápido". Ahí está.)
Es así como un buen día, casi sin darte cuenta, te encontrás recordando cosas que sucedieron hace veinte años -y cosas que te pasaron, por cierto, cuando ya cruzabas la calle solo-, con la escalofriante sensación de que hubieran sucedido el año pasado, no hace veinte.
Por eso creo que las fotografías, las grabaciones, las filmaciones -descartando las realizadas con fines artísticos-, que generan la macabra ilusión de detener el tiempo al capturar un momento irrepetible con el único propósito de hacérnoslo "recordar" -como si esto fuera algo bueno-, son artificios abominables y deberían ser prohibidos por la Ley.
Reconozco que esta pretensión constituye una imperdonable ingenuidad de mi parte, porque implica esperar demasiado de la Ley, que sólo se ocupa de cuestiones irrelevantes.
(Y buéh, qué quieren un domingo a la tardecita...)
9 comentarios:
Sí ! Las fotografías son artificios abominables, pero una adicción irremediable en mi vida
:(
Saludos
usted está pasando de castaño a oscuro y de cínico a depresivo... (lo cual hace que me preocupe por usted). por que no se fija cómo le va en el Beck Depression Inventory? (yo mejor ni le cuento, que se me va toda la pantalla de la felicidad violenta al demonio...).
besito.
cuideZen
g.
La ley siempre se ocupa de cosas irrelevantes porque la justicia es ciega.
Le dije que me encanta lo que escribe?
Me encanta!
Magic:
Nah, bueno, no me haga caso...hay adicciones peores (como la televisión, o el bloguismo). Por ahí no son abominables, pero reconozcamos que las fotos tienen algo de mágico, sólo que a nosotros, con nuestra suficiencia de personas del siglo XXI, no nos asombra nada.
Saludos.
G.:
Gracias por su preocupación, pero no tome demasiado en serio lo que digo acá (Uh! mirá! la negación, típico del depresivo!!! jaja). Qué es el Beck Depression Inventory? (el último disco de Beck??)
Beso
Alex:
Kafka retrató esas cuestiones mejor que nadie en su cuento "Ante la ley" (al que posteriormente incluyó en "El Proceso").
Por otro lado...afloje, que la gente se va a dar cuenta de que le pago para que me elogie el blog :P
Gracias, saludos!
si cree que con eso me va a parar, está equivocado...
Calculo que después de "No somos nada III" todos vamos a pegarnos un tiro, o poco menos. ¡Pare la mano, señor!
Mentira, siga rezongando. ¡Saludos!
Alex:
No, para nada, no era mi intención. Siga, siga...
Wakefield:
Seguiré rezongando: es que temo desviarme un momento y perder para siempre mi lugar.
Saludos.
el deterioro de la imagen es el único consuelo - o el último pesar si Ud. quiere - porque el desvanecimiento y descascarillado de la pintura al óleo, el amarilleo de la vieja fotografía, el video que se raya, la estampa digitalizada que se corrompe o se borra, en fin la decadencia de aquello que debía mantenernos jóvenes en la imágen nos confirman que la herrumbre nunca descansa y es la ley. ( leyó "el retrato de Dorian Grey" ?)
Ulschmidt:
Sí, claro. Usted señala -como buen carnotista- que el 2do principio de la Termodinámica rige no sólo para nosotros, sino también para nuestros retratos...
Saludos
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