El tiempo -es evidente- pasa cada vez más rápido.
Resultaría inútil, y antes torpe, intentar refutar esta Verdad recurriendo a argumentos de tipo burocrático, como el de señalar que los relojes no parecen mostrar ninguna alteración, o que este año aparenta tener -hasta ahora- la cantidad de días estipulada.
Tampoco me refiero a las simpáticas paradojas debidas a la dilatación temporal que planteaba este viejito copado, Alberto E., como consecuencias posibles de su teoría de la relatividad; no.
Es que nuestros artefactos para medir el tiempo -como todos los objetos del mundo físico- están sumergidos en esta cuarta dimensión del universo, por lo que acompañan su perversa distorsión; la aguja del segundero demora -como siempre- un minuto en completar una revolución en la esfera, sólo que éste minuto de ahora es más breve que uno de, pongamos, hace un año: es como un cambio de escala, imperceptible desde dentro del sistema.
Para nuestra mente, libre de esas ataduras, el fenómeno se revela con una claridad estremecedora.
Resultaría inútil, y antes torpe, intentar refutar esta Verdad recurriendo a argumentos de tipo burocrático, como el de señalar que los relojes no parecen mostrar ninguna alteración, o que este año aparenta tener -hasta ahora- la cantidad de días estipulada.
Tampoco me refiero a las simpáticas paradojas debidas a la dilatación temporal que planteaba este viejito copado, Alberto E., como consecuencias posibles de su teoría de la relatividad; no.
Es que nuestros artefactos para medir el tiempo -como todos los objetos del mundo físico- están sumergidos en esta cuarta dimensión del universo, por lo que acompañan su perversa distorsión; la aguja del segundero demora -como siempre- un minuto en completar una revolución en la esfera, sólo que éste minuto de ahora es más breve que uno de, pongamos, hace un año: es como un cambio de escala, imperceptible desde dentro del sistema.
Para nuestra mente, libre de esas ataduras, el fenómeno se revela con una claridad estremecedora.
6 comentarios:
Lamentablemente, me he convertido en parte de esta vorágine que me pinta el día como si tuviera 12 horas, en lugar de 24. Cada vez hago las cosas a mayor velicidad, y eso estresa demasiado como para soportarlo por el resto de mis días.
Me tendré que mudar al campo?
diet bridget:
Hola, bienvenida, saludos a W.
Su análisis es muy interesante, por cierto. Lo mío -como ud. dice- apunta a otra cosa (y no le acierta a ninguna), aunque también trata sobre la percepción del tiempo. Al hablar de "sistema", me refería a un sistema de referencia (un concepto físico).
Gracias por pasar, saludos.
magic:
Sí, totalmente. Yo, que por cierto jamás tuve un ritmo de vida frenético, quiero irme a vivir junto al mar, como creo haber mencionado en otra ocasión. Abandonemos la ciudad ya.
Saludos.
sólo puedo agregar algo, algo que escribió el buen Cortázar:
cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire
besito
gerund:
Gracias por lo de Julito. Qué suerte que no uso reloj (aunque acepto regalos).
Beso.
sabía que no era la única que se había dado cuenta de esto!
Vió, Alex? Nos están entregando un tiempo berreta; no sé ante quién habrá que quejarse...
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