9 de mayo de 2008

Las cosas por su nombre

Ciertos pensadores edulcorados relativizan la posibilidad del fracaso mediante el sencillo expediente de redefinir el éxito. Así, nos ofrecen un éxito "a medida", que resulta casi imposible de esquivar: basta con aparentar que se persiguen los objetivos más etéreos que nuestra capacidad de autoengaño nos permita tolerar.

Los perdedores, sin embargo, somos inmunes a esta filosofía de jardín de infantes. Sentimos que jamás podrá conspirar contra nuestra fascinación por el fracaso "clásico": el fracaso sin atenuantes, sin excusas, sin resignificaciones caprichosas.

6 comentarios:

Cecilia dijo...

Vamos los fracasados... a triunfar!!!

Ah no, a triunfar no era.

:)

Anónimo dijo...

¿Y quién pone los parámetros? Tu éxito puede ser un fracaso para el que tenés enfrente y tu fracaso un éxito para el que se cruzó con vos en un semáforo hoy a la mañana. Todo es relativo y todo depende también un poco de cómo uno se lo tome. Y además, ¿quién dijo que hay que triunfar? Creo que la meta más importante, la más difícil de cumplir, es intentar ser feliz cada día. Un beso grande.

Fender dijo...

Leo esto y tengo ganas de asumir mi fracaso de una vez, salir corriendo y cerrar mi blog para siempre.

Minombresabeahierba dijo...

Eso! nada de fracasos "a medida": fracasos contudentes, sin dobles discursos ni medias tintas. Que quede bien claro que es un fracaso. Nada de confundir con exitos consumistas.

Fodor Lobson dijo...

Y dígame usted, Mister K ¿Hay fracaso más absoluto que el de fracasar en el intento de ser un fracasado?

Sr. Nadie dijo...

Uh, loco, este post es un fracaso.

Cecilia:
A triunfar! (como decía un candidato)

Lucy:
Hola. 1ra parte de su comentario: pero eso sería el éxito a medida, que combatimos -es un decir- en este post!
2da parte: eso es lo que yo digo; hasta pasaron por mi cabeza sus mismas palabras: quién dijo que hay que triunfar?
Beso a ud.

Fender:
No le permito que venga acá a alardear de un fracaso presuntamente más mejor.

MNSAH:
Eso. Pero ojo, tampocos persigamos a los fracasados; al fin y al cabo, todos vamos a perder, a la larga.

Fodor:
Usted plantea la contradicción fundamental de este post. No puede haber un alegato por el fracaso, ya que lo convertiría en un objetivo
a lograr.

Sepan disculpar. Mejor, léanse unas minisagas
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