Podría decirse que soy bastante pesimista: tiendo a pensar que, tarde o temprano, todo va a salir mal. No obstante, confío en que esta deplorable propensión me posicione favorablemente ante la adversidad, en tanto ésta nunca podrá tomarme completamente por sorpresa; podría decirse que soy bastante optimista.
18 de febrero de 2009
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6 comentarios:
¿fatalismo esperanzado?
Xxxcelente
Cuánta verdad, eh.
El medio vaso, period.
Mr. K: Lo bueno es que en definitva uno nunca está preparado para las fatalidades. Digo "bueno" porque así también lo bueno parece más sabroso.
Amigos, qué gusto verlos de nuevo por acá (un poco de demagogia siempre viene bien). No, en serio.
Fodor:
Algo así. Es como saber que algo no va a ocurrir, y esperarlo igual.
Cassandra:
El medio vaso que falta me lo tomé (qué quiere con esta calor...)
Cuni:
Eso, si no le ponemos onda estamos en el horno.
Saludos a todos.
Hace rato que quería comentarle, pero -además de la memoria- perdí el post:
¿Hay otra manera de encarar la vida, viendo la realidad? Por empezar, la entropía. Después, Murphy. Más luego, la naturaleza humana. Por último, nuestra propia neurosis.
Uno sabe que no va a mejorar. Las noticias se esperan sin ansiedad.
Hola, Fender. Por eso yo estoy absolutamente a favor de evadirse de la realidad. No sé, escribiendo un blog, o algo así...
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